DIA 6. MISA DE GRADUACIÓN.

 

 

 

Hola chicas,

hoy quería contaros algo que me ocurrió el día de la misa de graduación de mi hijo.

No sé si sabeis que en Estados Unidos, los chicos que acaban lo que para nosotros sería el bachillerato, aquí ¨high school¨, hacen una graduación igualita igualita que en las péliculas.

Pues bien, después de todo un año preparando la cena de gala con traje largo para las damas y ¨smoking¨ para los caballeros, además del acto de graduación que se hace en un palacio de exposiciones espectacular, donde hay que llevar modelito tipo coctel y los chicos la consabida toga, me entero unos días antes que también hay una misa de graduación.

Y aquí me veis preguntando a las demás madres que acudían a las reuniones, que había que ponerse ese día. Me quedé muerta cuando me dijeron que con no llevar alpargatas y vaqueros era suficiente. ¿Alpargatas, vaqueros? ¿Era broma?

! Que soy de Málaga, España, un poquito de por favor!

Asi que me fuí a una tienda que se llama Marshall, una de mis tiendas preferidas de descuento. ( Ya me vais conociendo, marcas, ropa buena y precios tirados) con la sana intención de hacerme un ¨total outfit¨ elegante y desenfadado.

Después de mucho buscar, (ainnss ya no es tan fácil para mi encontrarme mona), me calzo un traje de chaqueta primaveral, como si de una Primera Comunión se tratase.

Para mi sorpresa me encuentro tan bien, y era ya tan tarde para ir a recoger a mi hijo al colegio, que por desconfiada voy a la carrera al perchero y miro y remiro todas las chaquetas y pantalones a ver cuál está mejor, porque hay veces que están manchadas de polvo.

Es normal encontrarse montones de ropa tirada por el suelo, después de un día en el que acuden miles de mujeres posesas para encontrar el modelito, bueno, los ¨tres modelitos¨ para la graduación de sus hijos.

Así que después de cerciorarme a conciencia de que había cogido el pantalón blanco mas blanco que había en toda la tienda, y la chaqueta de flores en azúl y blanco más lustrosa, salgo como alma que lleva el diablo para el coche.

 

Pués por fín llega el día de la Misa de Graduación, y yo toda pagada de mi misma, saco el maravilloso traje de su funda, (que por cierto me costó unos 50 $, osea menos de 40 €) me maquillo, arreglo mi pelo y cuando ya es la hora de salir, (ni un minuto antes porque me echo a sudar como un pollo y voy con toda la ropa mojada y pegada al cuerpo), me visto.

El pantalón perfecto, la camiseta azúl normal, la chaqueta...¿la chaqueta? !!!era dos tallas menos que la del pantalón!!!
!Dos cuartas me faltaban para abrochar la bonita y estilosa cremallera plateatada!

Miro una y otra vez las etiquetas y no puedo creer en mi mala pata, !con mi hijo pitándome con la bocina del coche que bajara ya!

Me muero, pensé. Tanto trabajar con todos los preparativos y no se me ocurre probarmelo antes del dia D hora H.

¿Y ahora que hago yo? Pensé.

NADA.

No puedo hacer nada.

!La chaqueta parecía lo que era, de dos tallas menos!

Además no se si os pasará a vosotras, pero a mi lo que más me preocupa taparme es la barriga y el pecho, !!!pues tooooma ya!!!

Le cuento a mi hijo lo que me estaba pasando, respiro hondo, me dice que estoy muy guapa y que nos vayamos ya, respiro hondo, voy al frigorífico a por una Diet coke, como dicen aquí, respiro hondo, sudando por todos los poros de mi piel. Las gotas me caían a dos bandas por los lados de mi cara, y yo pensando en refrescarme un poco bebiendo, salgo a la carrera para el coche.

En el momento de abrir la puerta del coche, entre la chaqueta en el brazo, (puesta era casi imposible, los brazos se me iban hacia atrás) la lata en la mano, las prisas...no sé como lo hice, pero la vuelco y ...!me la echo encima de mis inmaculados pantalones blancos!!!

Para, para, esto ya es demasiado, ¿no?

Vuelta pa dentro y con un paño de cocina mojado en agua y algo parecido al fairy que hay por estos lares, sacudo las perneras de mis pantalones con tan mala leche que casi me los dejo de bermudas.

Salgo mojada de las rodillas hasta los tobillos, total ya estaba acostumbrada a la ropa pegada al cuerpo, me meto en el puto coche y le digo a mi hijo: !VAMOS!

Increiblemente el pantalón se me secó, el aire acondicionado lo llevo tipo ¨Círculo Polar Artico! !y ni una mancha, oye!

Mi complejo de barrigona superó a la chaqueta y me la puse sólo para una foto, la cual os dejo como prueba de que no miento.

Me da verguenza poner una foto mía, pero creo que esta vez merece la pena, !una imagen vale más que mil palabras!

Y  os cuento que la misa fue super emocionante, reí con todos los discursos que los chicos tenían preparados , lloré cuando vi a mi niño desfilar por el pasillo llevando una rosa hasta el altar, y compartí uno de los mejores momentos de la étapa educativa de mi hijo junto con las mamás de todos sus compañeros.

!Un día inolvidable!

 

Cariños

 

emeka