DIA 4. Los hombres son un capítulo aparte.



 

DIA 4. LOS HOMBRES SON UN CAPITULO APARTE.

 

Si amigas, los hombres son un capitulo aparte.

Esos que cuando eres joven te comen con la mirada, y que cuando estas bien madurita y con toda la experiencia que la vida te da, (ellos no tienen porque saber que la madurez es sinónimo de menopausia), ni levantan la cabeza cuando pasas.
 

En esas reflexiones estaba yo cuando llegué a vivir a Miami. La gran ciudad de Miami, llena de contrastes y bonita, bonita como ella sola.
 

Al principio hasta que me dieron ¨la Social Security¨, (algo parecido a la seguridad social nuestra, y que no sirve para ir al medico, pero sin la que no consigues abirte ni una cuenta en el banco) no podía sacarme el carnet de conducir o ID, que a su vez es nuestro DNI.

Y sin coche en una ciudad tan inmensa y con tal mal servicio publico, o coges el autobus, uno a la hora, o no sales de casa.

Asi que me voy yo toda enteradilla a apuntarme a unas clases gratuitas de ingles que daba la ciudad, osea el ayuntamiento, para emigrantes. !De Málaga y emigrante, toma ya! Que hasta se me saltaban las lágrimas cuando escuchaba la manida canción ! Que vivaaaa Espáñaaaaa! !Verlo para creerlo!

Pues como os imaginais, no me quedaba otra que ir en el dichoso autobus.

Os comento que dejan mucho que desear y sólo se suben personas de color o ¨homeless¨, osea los sin techo. Por lo menos el que yo cogía.

Me miraron raro desde el primer momento, pero yo me decía: ¿Que me puede pasar de malo? Es de dia, hay gente por la calle, solo son cuatro paradas... !y necesito salir de casa!

Pues a lo que iba,!a los hombres!

Yo ya estaba acostumbrada a que mirasen a través de mi, como si fuera transparente. Con mis kilitos de mas, mi menopausia que me hacía dormir mal y llevar ojeras por mucho corrector que me pusiera; y ese calor, ese calor madre mia...todo el día sudando de aqui para allá, más los bochornos que me subían y bajaban en los momentos mas insospechados, !que me iba a figurar que yo podía llamar la atención de los hombres!

!Pues si!

No había día que intentase pagar el autobús que no me dijera algún conductor cubanito, gracioso él, que lo págara mañana.

Yo miraba para abajo y me sentaba en el último asiento.

Seguro que lo hacían para reirse de mi sofoco, !cómo si no tuviera yo bastante con los que me daban a mi solita!

Yo se lo comentaba a mi marido, y entre risas decía que algún día iba a acompañarme en autobús y se iban a enterar ¨esos conductores¨.

Pero lo peor fue cuando un día que iba con mi hijo a la libreria que más me gusta del mundo mundial, (¨Barnes and Noble¨ en Coral Gables, con su starbucks coffee dentro, sus mesitas para leerte el ¨Hola¨ atrasado y esa filas interminables de libros para ojear) y el conductor que ya me conocía nos dijo que no pagáramos.

!El cabreo que se pilló mi hombrecito, adolescente, protector maternal fue de órdago!

!Pagámos, ya veras tú si pagámos!

Y de vuelta a casa, todo indignado le comentó a su padre que yo tenía que tener el coche ya, y dejar de ir en autobús, !que los hombres en esa ciudad eran unos frescos!

Despues mi marido y yo a solas, nos reíamos de la reaccion tan pretectora que tuvo conmigo.

Mi hijo apenas tenía 15 años y era la primera vez que saliamos de España, y claro, para él yo no era una mujer, !era su madre!
 

Y de esta forma tan tonta, con un coche pequeño y a mi gusto, volví a ser invisible para el género masculino: sentadita en mi Honda, con mi musiquita a tope, tan fresquita y !a salvo de caballeros galantes!

 

Cariños,

 

emeka