Repasando un poco mi vida en Puerto Rico, he llegado a la conclusión de que es divertido compartir anécdotas para una mujer que ya ha cumplido los 51.
Estoy en un país extraño, me veo obligada a hacer nuevas amistades, recurro a la lectura y el cine como vías de escape y comparto la vida con mi marido.
Después de 30 años de vida en común, volvemos a estar solos.
Mi hijo que no se había separado de nosotros en 20 años, decidió volver a España para continuar con su carrera.
No puedo explicar las sensaciones que tuvimos mi esposo y yo cuando nos comunico su decisión bien meditada y cargada de razones.
Pero el caso es que se fue, y él esta en nuestro hogar, rodeado de familia y amigos, y nosotros en el extranjero !mas solos que la una!
Ya pasamos una situación similar a la misma edad con nuestra hija mayor, y ahí si que sentí como si me cortaran una mano.
Quizás fue el preámbulo de lo que nos ha ocurrido ahora y nos ha hecho mas fuertes para sobrellevar situaciones así.
Y la verdad, lo estamos llevando mejor de lo que yo esperaba.
Lo que en un principio se aventuraba como un momento critico en nuestras vidas, lo hemos transformado en un momento dulce.
Como pareja siempre nos hemos llevado bien, nos hemos apoyado en los momentos difíciles y nuestro amor siempre estuvo por encima de todo.
Ahora simplemente hemos recuperado el gusto por estar solos.
La libertad de hacer siempre lo que nos plazca, y eso también es bonito.
Echamos de menos a ¨nuestro niño¨ en muchas cosas de las que hacemos, pero sabemos que le hemos dado una vida llena de cariño y con experiencias increíbles.
Aprendió otro idioma, se tuvo que adaptar a vivir en otro país y en ciudades muy diferentes, conoció distintas formas de educación e hizo amigos de muchas nacionalidades distintas.
Ese es su bagaje de nómada mientras ha vivido con nosotros y ha hecho de él el hombre que es ahora.
Nos sentimos muy orgullosos de la persona en la que se ha convertido.
Y ¿como no?
Estoy deseando de que llegue diciembre para ir a nuestra casa y estar con él, con los dos hijos que se quedaron en nuestra ciudad mientras su padre y yo seguimos recorriendo el mundo.
!Os queremos a los dos!
Cariños,
emeka.